Conocí a Paola Vega justo en el momento en que comenzaba a desplegar su investigación. Recuerdo que esperaba a diario la novedad que publicaría en FB. Por entonces yo también pensaba en la vida de las pinturas, en las mutaciones y adaptaciones que iban haciendo de ellas un cuerpo diferente; por eso me fascinaba verlas en los espacios de trabajo, ahí donde habían nacido. Es verdad también que muchas de esas obras tenían impronta heroica y la mayor de las veces sus protagonistas eran artistas varones. Pintura y virilidad es casi un cliché del retrato fotográfico moderno, por eso mismo celebré como un imponderable de época el giro que tomó su pesquisa. El nuevo foco puesto en la producción de artistas mujeres abrió un espacio de descubrimiento. Me gusta especialmente cuando Paola asume su rol de investigadora, no solo porque a esta altura lo creo indiscernible de su práctica artística, sino porque lo hace orgánicamente desplegando jalones de una historia como si fuera la propia. Es que en verdad esa historia le pertenece, así como a todas las artistas mujeres, por eso comenzar a enhebrarla es además de un acto político, una acción de protección. Creo que prefiero la historia que no esconde la trama afectiva que la hace posible, quizás por eso sienta tan familiar a Las promesas, aun cuando la mayoría de ellas sean tristemente desconocidas. Curar es cuidar y en eso está Paola Vega.
Jimena Ferreiro

Ivan Rosado
Páginas: 96
Medidas: 20 x 14 cm
Encuadernación: Tapa blanda
Peso: 175 g
Año de edición: 2020
ISBN: 9789873708770